Suele ser normal, para el que busca un triciclo o una bicicleta reclinada, pasar por la experiencia de la prueba de algún modelo que nos dejen, leer profundamente en foros (muchos de ellos en un idiomas extraños, incluído el esperanto) y a ser posible, hablar durante horas con personas cualificadas para asesorarnos en la elección de una bici o trike reclinado.
Esto es así en la búsqueda básica de elementos diferenciadores.
Aquello que ayuda a descartar/sumar.
Casi a diario, de las conversaciones con personas que se interesan por una bici reclinada, el recorrido suele ser muy parecido y con muchos puntos en común:
* Explicar la diferencia entre marcas, entre modelos,
* Explicar la diferencia entre los componentes,
* Dedicar un apartado al presupuesto del que se dispone,
* Tener en consideración los aspectos técnicos, como el peso final, la distancia entre ruedas, la altura del asiento, el tamaño de ruedas, tipo de frenos, tipos de luces, sistemas de cambios y un largo etcétera.
Un ciclista reclinado de "ANTES"
Sin embargo hay cinco puntos, que considero básicos, y que además no siempre acaban sobre la mesa en la búsqueda de la información:
- *** Estatura. Definitivamente es un aspecto que condicionará el modelo a elegir. El mundo reclinado se configura en separaciones de 15 cm. Medir menos de 170 cm nos separa entre la medida S (Small) y la M (Medium). Sobrepasar los 185 cm es entrar en el apartado L (Large). Es así en la mayoría de las marcas (con excepciones en sistemas de asientos complejos), y esto ya relativiza en buena parte la elección de una bici. Por debajo de 170 no nos será muy cómodo llevar una bici con ruedas del 26″ a menos que el cuadro sea del tipo Mid racer o Lowracer. También ser muy altos, entra en el terreno de empezar a considerar reposacabezas y una extensión del tubo de pedalier (boom en inglés) adecuada. Asimismo el tipo de manillar en tallas grandes es relevante si elegimos un modelo de manillar abierto (en inglés cockpit) o de barra rígida. Conclusión: la estatura cuenta, y es un tema que va por delante de la geometría de la bici.
- *** Espacio y transporte (plegabilidad). Muchas veces, en medio de la emoción que supone elegir/probar una bicicleta reclinada o trike, se nos olvida el espacio que tenemos en casa, el trastero o en el maletero del coche. Hay que hacer el ejercicio de imaginarnos con el modelo que nos gusta, delante de nuestro portal de casa. ¿Entrará fácilmente en el ascensor?, ¿Será agradable cargar con ella las 7 plantas que hay hasta la puerta de casa?, y ya en casa ¿cabrá debajo de la mesa?, ¿incluso plegado? Por otra parte, en lo que a desplazamientos se refiere, las formas de transportar nuestra futura bici reclinada, hemos de imaginarlas tanto para trayectos cortos, como largos. Y también la intermodalidad, plantearnos si serán válidas para transportar por tren, autobuses u otros medios de transporte que podamos necesitar en alguna travesía cicloturista o simplemente urbana. Pensad en ello e imaginar las situaciones más comunes. Os ayudará a descartar opciones y a centrar vuestra búsqueda en modelos que se adapten mejor a las circunstancias de espacio y transporte.
- *** Cara al público. Prepárate para hablar con desconocidos. Hay que tener en cuenta que ir sobre una bici reclinada es estar expuestos a ser el centro de atención allí por donde vayas. Con el tiempo se olvida y se hace natural. Pero es bueno advertirlo antes. Llegará un día que el refrán «Cría fama y échate a dormir», te vaya como anillo al dedo.
- *** Kilómetros en un año. La pregunta directa es muy sencilla: ¿cuántos kilómetros al año piensas hacer con la bici reclinada?, ¿5000 km?, ¿100 km?… Si, yo también me he sacado el bono de la piscina y lo he usado sólo dos veces en los doce meses que tenía por delante. Lo mismo puede pasar con la bici que estamos por comprar. Si el uso es extensivo y de largo recorrido, lo mejor es elegir una bici con componentes de calidad, a ser posible con buje interno, Rohloff si el presupuesto lo permite, y con un buen Ventisit que nos permita transpirar si vamos a echar tantas horas sobre la bicicleta o triciclo reclinado. Si el uso es para un finde semana, nos situamos en un punto más conservador. No hace falta tener el mejor grupo Shimano o Sram, ya que el más sencillo con el mantenimiento adecuado nos será suficiente. Si el plan es alternar el camino de Santiago, con salidas frecuentes los fines de semanas, algo intermedio y ajustado a nuestras necesidades es lo que hay que buscar.
- *** No es lo mismo. Finalmente, antes de hacerte con la bici de tus sueños no vayas con expectativas excesivamente altas. Casi todo lo que leemos sobre las bicis o triciclos reclinados es fantástico en cuanto a velocidad, comodidad y diversión. Y es cierto. Pero hay que evolucionar despacio sobre la bici e ir de puntillas sobre la idea preconcebida que tenemos en nuestra cabeza. Siempre será buena idea dar tiempo a que nuestro ritmo cardíaco y los músculos alcancen esa imagen de ciclista reclinado que tenemos nada más ponernos al mando de una. Habrá momentos en los que no vayamos tan deprisa como queremos, ni ascenderemos al ritmo pormenorizado que ya nos habían advertido (iremos realmente despacio), o puede que la sujeción del manillar nos cree algo tensión inicial. Pero todo pasa, y nos acostumbraremos a la bici luego de los primeros kilómetros. Esta idea es esencial antes de hacernos con una a largo plazo.
Quedan abiertos estos consejos a discusión y comentarios, que seguro pueden ser acompañados de otros adicionales.
Siempre es interesante, el punto de vista de gente que lleva muchos años vinculada al mundo reclinado; que saben aconsejar cuáles son los aspectos diferenciales y que van un poco más allá de una prueba de 10 minutos.